Esclavas SC Fátima potencia “la atención” como base del desarrollo de la inteligencia emocional
Porque educar en innovación es mucho más que usar nuevas tecnologías
La inteligencia representa sólo el 20% de las capacidades del ser humano, las emociones un 80%. Dicho esto, educar basándonos exclusivamente en la acumulación de conocimientos, en memorizar datos, es una aberración que hay que descartar de cualquier modelo pedagógico que pretenda abocarse al éxito.
En Fátima hemos apostado plenamente por la innovación, pero ésta va mucho más allá de la utilización de nuevas tecnologías, sus riesgos y de que nuestros alumnos y alumnas sepan tener un criterio selectivo con lo que éstas y las redes sociales les transmiten.
Hemos apostado por innovar centrándonos en el alumnado y la clave está en potenciar sus emociones sacando el mejor partido de todas ellas.
Pero hay un término que no se trabaja lo suficiente y es la base de la inteligencia emocional, “la atención”. Somos entes que sienten y de vez en cuando piensan, “no máquinas de pensar dotadas de multicerebros”, solo tenemos uno.
Por eso la sensación de ir en un tren de alta velocidad desde que nos levantamos hasta la hora de ir a la cama, haciendo multitareas, muchas veces las más urgentes pero no las más importantes, sintiendo una profunda frustración al terminar el día, no es solo inherente a los adultos, también a nuestros peques.
El vuelo de Ane
Imaginemos a Ane, una alumna de 8 años, que se ha entretenido con su móvil, ha dormido menos de 6 horas y en consecuencia se ha levantado tarde y recibido la primera bronca del día. Llega al bus corriendo y de repente se da cuenta de que ha olvidado el libro de mate con los deberes dentro. Vaya, otra bronca que le va a caer, piensa, pero, ya no tiene solución.
Llega a clase y por lógica no se entera, así que vuela hacia temas más atractivos y recuerda que este finde es el cumple de Iker y aún no la han invitado. Se enfada un poco, pero igual todavía es pronto para que le dé la invitación. Y luego recuerda que esta tarde hay entrenamiento. Tras un viaje astral de cuarenta minutos regresa al pupitre cuando la profesora manda tarea para mañana. “¿Qué tarea, qué hay que hacer? Y… cualquiera pregunta”, piensa Ane.
El resto del día prosigue la misma tónica, despistes, agotamiento, y eso que la pobre no para de hacer todo lo programado. Son las diez de la noche, sigue con unos deberes de mate que no comprende y le cae la última reprimenda del día cuando su aita dice: “ya no son horas, vete a dormir”. ¿A dormir, piensa, y quién hace todo lo que me falta?
Ane, puede ser cualquier de nosotros, porque no hemos aprendido, no nos han enseñado a parar, respirar, buscar nuestro tiempo, nuestro espacio y volver a controlar nuestra atención
Potenciar la atención
Si tanto padres como educadores nos centrásemos en motivar “la atención” habría menos episodios como este. Nuestras mentes se oxigenarían, nuestros niños no tendrían que tomar tantos medicamentos para combatir el TDH, de este tema hablaremos en nuestro próximo post, largo y tendido, y seríamos mucho más eficientes y felices.
Si estamos atentos, nos damos cuenta de nuestras limitaciones, de lo que hacemos mal, de que se puede corregir, de que el tiempo es finito, de que no somos superhéroes. Porque atención significa consciencia y capacidad de elección.
Este objetivo, ayudar en la atención, es una dura tarea pero que nos llena de satisfacción cuando lo alcanzamos. Es lo que en Esclavas llamamos “aprender a aprender, potenciación de la tecnología y apuesta por la innovación”, lo que pasa que dicho de esa manera suena mucho más formal y menos comprensible.
Si todavía no has elegido el centro adecuado para tus hijos e hijas, y crees que nuestros valores y pedagogía se alinean con los que quieres para ellos, llama ya, reserva una cita a la hora que mejor te convenga y estaremos encantadas de atenderte en exclusiva, como te mereces, comentándote en profundidad los detalles de nuestro centro.
No pierdes nada por visitar Esclavas SC Fátima y sí tienes mucho por ganar. Te esperamos.